El marco económico viene con un objetivo similar. Desde que el presidente Donald Trump retiró a los Estados Unidos de la Asociación Transpacífica, el acuerdo comercial masivo negociado durante la presidencia de Obama, Estados Unidos no ha tenido un plan concreto para involucrar económicamente a esta región.
Mientras tanto, China ha concluido muchos acuerdos comerciales con sus vecinos y ha buscado ejercer su influencia económica a nivel mundial a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
El plan que Biden anunciará el lunes no es un acuerdo comercial en el sentido tradicional. Incluye un «pilar» relacionado con el comercio, pero también incluye otras áreas, como hacer que las cadenas de suministro sean más resistentes, promover la energía limpia y combatir la corrupción.
Al revelar el marco, Biden parece reconocer que tiene poca intención de unirse a la Asociación Transpacífica, que sigue siendo impopular entre los legisladores estadounidenses que deberán ratificar el acuerdo. En cambio, espera crear una esfera económica que pueda rivalizar con China.
Esto requerirá persuadir a otros países para que se unan, no solo a socios leales como Japón y Corea del Sur, sino también a países más pequeños, particularmente en el sudeste asiático, que no están estrechamente aliados con Estados Unidos.
Los primeros críticos del plan señalaron que carecía de incentivos, como la reducción de tarifas, a cambio de unirse. Los asistentes de Biden sugieren que hay otras formas de facilitar más el comercio y el acceso al mercado, y que el marco en sí brinda una oportunidad atractiva para que los países participantes trabajen más de cerca con los Estados Unidos. Y en todo caso, el anuncio de Biden del lunes refleja solo el comienzo del proceso de redacción del plan.
De hecho, China ha respondido con fuerza al marco, y un enviado principal lo describió como una «camarilla cerrada y exclusiva».
El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, dijo a los periodistas en el Air Force One mientras Biden viajaba de Corea del Sur a Japón que se esperaban las críticas.
«No me sorprende que China esté preocupada por la cantidad de países y la diversidad de países que han expresado interés y entusiasmo por IPEF», dijo. «Es natural que intenten encontrar formas de hacer preguntas».
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