El reciente acuerdo entre Italia y Albania sobre migración plantea cuestiones jurídicas y de derechos humanos, pero también indica un esfuerzo por parte de los países europeos para encontrar soluciones rápidas a los problemas migratorios en lugar de centrarse en sus sistemas internos, dice el Comisario de Derechos Humanos del Consejo Europeo. Copyright Dunja Mijadovic.
La semana pasada, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y su homólogo albanés, Edi Rama, firmaron un memorando de entendimiento que contemplará la solicitud de asilo y refugiados rescatados del Mediterráneo por barcos italianos en dos centros en el norte de Albania.
Estas estructuras serán construidas, financiadas y operadas por Italia, bajo jurisdicción italiana, y estarán completamente cercadas y vigiladas por las autoridades italianas, y en el exterior por la policía albanesa. Puede albergar hasta 3.000 personas a la vez, con un máximo de 36.000 personas al año. Si se toma una decisión sobre la solicitud de personas, Italia tiene plena responsabilidad de expulsarlas del país a Italia o a otro lugar.
«Este MoU representa un impulso más amplio por parte de los estados miembros del Consejo de Europa para buscar diferentes modelos de asilo como una ‘solución rápida’ a los complejos desafíos planteados por la afluencia de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes». Dice el informe.
Garantizar que el asilo se solicite y evalúe en los propios territorios de los Estados miembros es la piedra angular de un sistema que funcione bien y cumpla con los derechos humanos y brinde protección a quienes lo necesitan.
Por lo tanto, es importante que los Estados miembros sigan centrando sus energías en «mejorar la eficacia y eficiencia de sus sistemas nacionales de asilo y acogida». Esto debería hacerse en lugar de desviar recursos y atención muy necesarios hacia el debate actual sobre la subcontratación.
«Del mismo modo, es importante que los Estados miembros garanticen que los esfuerzos de cooperación internacional den prioridad a la creación de vías seguras y legales que permitan a las personas buscar protección en Europa sin recurrir a rutas migratorias peligrosas e irregulares», dice el informe.
Mijadovic añadió que el acuerdo plantea muchas preguntas sobre el impacto de su implementación en los derechos humanos de los solicitantes de asilo y refugiados. Estos incluyen el desembarco oportuno, el impacto en las operaciones de búsqueda y rescate, la equidad de los procedimientos de asilo, la identificación de personas vulnerables, las condiciones de detención, la detención sin revisión judicial, el acceso a asistencia jurídica y recursos efectivos.
En su opinión, el acuerdo «crea un régimen de asilo extraterritorial temporal caracterizado por muchas ambigüedades jurídicas».
Esto, añadió, daría como resultado un trato diferente a los procesados en Albania e Italia, socavando importantes protecciones de los derechos humanos y la rendición de cuentas por violaciones.
El gobierno albanés sostiene que se trata de una medida de solidaridad y demuestra su perspectiva y valores de la UE. Han dicho que no habrá inmigrantes en Albania y que todo se implementará de acuerdo con las reglas y estándares nacionales e internacionales.
(Alice Taylor | Euractiv.com)
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