La estimación preliminar del PIB italiano para el tercer trimestre (publicada por Istat) fue decepcionante. El PIB se mantuvo estable en el trimestre (desde el 0,2% en el segundo) y aumentó un 0,4% (desde el 0,9% en el año) frente al consenso de un crecimiento trimestral del 0,2%. El breve comunicado de prensa de Istat atribuyó el trimestre plano a una contribución positiva de la demanda interna (inventarios brutos) y una contribución negativa de las exportaciones netas. Por el lado de la oferta, hubo una expansión del valor agregado en los servicios, una contracción en la agricultura y una contracción significativa en la industria.
Sin un desglose detallado de la demanda, es difícil racionalizar adecuadamente la sorpresa negativa. Sospechamos que esto puede ser el resultado de una combinación de factores que afectan el consumo, la inversión y los inventarios. En el frente del consumo, los fundamentos fueron positivos durante el trimestre, ya que el empleo aún creciente, la dinámica salarial decente y la caída de la inflación mejoraron el poder adquisitivo de los hogares. Encuestas creíbles han señalado cierta moderación en las intenciones de consumo de bienes duraderos, confirmada por datos deficientes de matriculación de automóviles, pero los consumidores se han mantenido relativamente indiferentes al desempleo futuro. No podemos descartar que la discrecionalidad del consumidor se extienda al componente interno del gasto turístico.
Un culpable más probable podría ser unas inversiones más débiles de lo esperado, donde observamos un sorprendente retroceso en el componente residencial durante el segundo trimestre, independientemente de la expiración del estímulo superbonus. Esperábamos que esa desaceleración desapareciera en el tercer trimestre, pero el proceso puede haber sido más agudo de lo que esperábamos. A esto puede sumarse la debilidad de otros componentes, como la maquinaria, dada la menor utilización de la capacidad y los retrasos en la introducción de incentivos fiscales. El lastre sobre el componente de inversión puede haber sido más marcado de lo que esperábamos.
Por último, pero no menos importante, el componente de inventario es difícil considerando su naturaleza algo residual. Sin embargo, los subcomponentes correspondientes de las encuestas de empresas manufactureras no indicaron una caída pronunciada.
En general, la estimación preliminar de hoy es claramente decepcionante y arroja la estadística de un crecimiento del PIB para todo el año de sólo el 0,4%. Incluso un repunte en el cuarto trimestre dejaría el crecimiento promedio del PIB italiano en el rango de 0,5-0,6% para 2024, por debajo del pronóstico del 1% reiterado recientemente por el gobierno italiano en su marco de mediano plazo. El proyecto fue presentado a la Comisión de la Unión Europea bajo la nueva dirección financiera.
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